Nadie puede predecir el resultado de las elecciones del próximo martes. Sin embargo, sin duda tendrá grandes implicaciones para el comercio, los impuestos y las tasas de interés. Es probable que la tendencia de la economía de EE. UU. a sobrecalentarse se intensifique.
Una elección con un resultado incierto
El 5 de noviembre, los estadounidenses se dirigirán a las urnas para decidir entre el ex presidente Donald Trump (Republicano) y la actual vicepresidenta Kamala Harris (Demócrata). El resultado depende de algunos "estados clave" donde no ha surgido un favorito claro. Además de la presidencia, el control del Congreso está en juego: los republicanos solo necesitan dos escaños para recuperar el Senado, mientras que los demócratas necesitan una ganancia neta de cuatro para recuperar la Cámara de Representantes. Es probable que haya un Congreso dividido, aunque una trifecta – control de ambas cámaras y la presidencia por un solo partido – sigue siendo posible.
Proteccionismo y riesgos comerciales
Una segunda presidencia de Trump probablemente escalaría las políticas comerciales proteccionistas, incluyendo aranceles sustanciales a las importaciones, especialmente desde China. Trump ya ha prometido un arancel del 60% a las importaciones chinas y aranceles más amplios a los aliados de EE. UU., lo que podría interrumpir gravemente las cadenas de suministro globales y aumentar los costos para las empresas estadounidenses.
En contraste, Harris probablemente continuaría con un enfoque más estratégico y mesurado del comercio, centrándose en restricciones específicas, especialmente en lo que respecta a China. Sin embargo, se espera que las tensiones comerciales persistan, especialmente en los sectores de tecnología y energía.
Visiones fiscales divergentes
Harris y Trump presentan políticas fiscales significativamente diferentes. Harris tiene como objetivo aumentar los impuestos a las corporaciones y a los más ricos, ofreciendo alivio fiscal a las familias de bajos ingresos. Su plataforma enfatiza la inversión pública en infraestructura verde y programas sociales, buscando reducir la desigualdad de ingresos.
Trump, por su parte, quiere extender y ampliar las reducciones de impuestos que introdujo en 2017 y también está considerando reducir el impuesto corporativo al 15%. Además, su enfoque se basa en desregular sectores clave para promover el crecimiento económico, a riesgo de aumentar el déficit público.
Inflación e incertidumbre económica
Las plataformas de ambos candidatos implican un gasto público sustancial, lo que genera preocupaciones sobre la inflación y las tasas de interés. Si bien el consumo de los hogares es sólido, un aumento de la inflación provocado por la implementación de cualquiera de los programas electorales de los candidatos podría obligar a la Reserva Federal a adoptar una política monetaria más restrictiva, lo que elevaría las tasas de interés.
A pesar de estos riesgos, el dólar estadounidense sigue siendo fuerte a nivel mundial, lo que asegura condiciones de financiamiento favorables para el país. Sin embargo, si la independencia de la Reserva Federal se ve amenazada en un segundo mandato de Trump, la confianza en la política monetaria de EE. UU. podría tambalear, aumentando la incertidumbre económica global.