La sobrecapacidad de producción no es un fenómeno nuevo en China, pero esta vez afecta a un mayor número de productos. Esta variedad hace que el exceso de oferta sea más difícil de controlar, y la falta en el mercado interno tendrá que compensarse de otras maneras. Descubre cuáles son en nuestro estudio.
La sobrecapacidad, no es nueva para China
China lleva mucho tiempo acostumbrada a un modelo de crecimiento basado en la inversión, que ha sido central para su espectacular crecimiento económico en las últimas tres décadas. Sin embargo, también hace que la economía sea susceptible a desequilibrios entre la oferta y la demanda, lo que lleva a episodios recurrentes de sobrecapacidad industrial. Estos episodios se remontan a la década de 1990, cuando las reformas del mercado aceleradas llevaron a un exceso de bienes manufacturados intensivos en mano de obra. Un episodio más reciente ocurrió entre 2014 y 2016, cuando el masivo estímulo basado en la inversión que siguió a la crisis financiera global provocó un exceso de oferta de materiales de construcción.
Aunque este enfoque no es nuevo, los desequilibrios se han hecho evidentes nuevamente desde el brote de COVID-19, en gran parte debido a un estímulo basado en la producción destinado a reducir la interacción social. Pero a medida que la economía salió de la pandemia, el consumo de los hogares no ha repuntado lo suficiente como para absorber los aumentos de producción. Y en medio de la carrera internacional por la transición verde, el exceso de capacidad de China en productos de tecnología limpia también se ha convertido en un tema de debate global, ya que su sobrecapacidad podría ser suficiente para duplicar las exportaciones de estos productos.
La sobrecapacidad actual es más generalizada
A primera vista, la magnitud de la sobrecapacidad parece ser más moderada que en el último episodio grave, según las tasas de utilización de la capacidad industrial. Pero este problema podría empeorar si el crecimiento de la inversión fija sigue superando al de la producción, acentuando el exceso de capacidad, especialmente si la demanda interna no se mantiene al ritmo. Mientras tanto, los riesgos de sobrecapacidad no se limitan a sectores específicos, sino que son evidentes en bienes de consumo, materiales de construcción, así como maquinaria y equipos de transporte.
Revitalizar el mercado interno para absorber el exceso de capacidad lleva tiempo
Se han tomado medidas gubernamentales para regular la expansión de la capacidad a través de la actualización industrial, mientras se fomenta la demanda para absorberla. Por ejemplo, se han impuesto requisitos de mayor calidad en la producción de baterías de iones de litio, energía solar y clínker de cemento. Sin embargo, es poco probable que estas medidas se repliquen en una amplia gama de sectores, ya que hacerlo también afectaría el crecimiento económico a corto plazo.
Una solución más sostenible es estimular la demanda, con el reciente apoyo fiscal centrado más en subsidiar el consumo de bienes y servicios en lugar de la construcción. Pero con la confianza del consumidor cerca de mínimos históricos, la economía no puede depender solo de la demanda interna y soportar una sobrecapacidad crónica. Esto amplificaría las presiones deflacionarias, afectaría las ganancias corporativas y dificultaría la expansión empresarial.
La era de acceso fácil a los mercados de exportación parece desvanecerse
Las exportaciones históricamente han compensado la falta de demanda interna. Pero los días dorados del libre comercio, que permitieron a China prosperar, parecen haber quedado atrás, ya que las barreras comerciales están aumentando, probablemente a un ritmo aún más rápido bajo una segunda presidencia de Trump. A pesar de los esfuerzos de China por fortalecer los lazos con el Sur Global, muchos países emergentes también han erigido barreras comerciales para proteger los empleos y fabricantes locales. Indonesia, por ejemplo, está considerando imponer aranceles de hasta el 200% a una gama de productos industriales básicos importados de China.
Más inversión exterior para buscar un resultado beneficioso para ambas partes
El aumento de la fricción comercial podría llevar a las empresas chinas a invertir directamente en los países receptores para sortear estos obstáculos. Esta medida podría ser bien recibida por algunos socios comerciales, ya que la inversión directa podría generar empleos y aportar tecnologías, al tiempo que aumenta las exportaciones de productos intermedios chinos.
La ASEAN sigue siendo el principal destino de la inversión china en 2022-2023, mientras que Hungría es el principal beneficiario en Europa, recibiendo el 4,5% de la IED china. Sin embargo, la inversión china está siendo objeto de un escrutinio creciente por parte de los gobiernos de los países desarrollados, no menos por razones de seguridad nacional. En Europa, aunque el escrutinio se ha intensificado, algunos países como Hungría, Polonia e Italia siguen recibiendo dicha inversión, especialmente en el sector de vehículos eléctricos.
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1La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) está compuesta por 10 países miembros. Fue creada por Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Filipinas en 1967, y se unieron Brunei (1984), Vietnam (1995), Laos y Birmania (1997) y finalmente Camboya (1999).